A los amantes del séptimo arte, Izaro les suena de Izaro Films, una productora y distribuidora de películas que desapareció en 1997. En la cortinilla de presentación de sus películas, aparecía la imagen de una isla, sí, la Isla de Ízaro, que pronto dio su salto definitivo a la fama internacional. Si has estado en Urdaibai, con total seguridad que la conoces porque casi desde cualquier foto que saques se te colará este pedacito de tierra en medio del mar.
Resurrección María Azkue Aberasturi, entre otras cosas, ilustre académico fundador con tres académicos más de la Euskaltzaindia (Academia de la Lengua Vasca) de la que fue presidente hasta su muerte, escribió de Ízaro que el nombre de la isla, en lengua vasca, quiere decir eso: isla. Y que su nombre lo merece por ser la de más extensión de la costa vasca y la más protegida por contener en su parte alta, la colonia de aves marinas más importante de la costa vasca.
Fray Martín de Arteaga, Juan Undabarrena, Lino de Albiz y Martín de Erkoreka, son los cuatro franciscanos que un 2 de mayo de 1422 llegaron a la isla cedida por Bermeo, con la intención de levantar un convento junto a la ermita de Santa Mª Magdalena. Ilustres personajes como el rey Enrique IV, Fernando el Católico, Isabel la Católica, el rey Felipe II, la reina Isabel de Valois… ofrecieron sus favores a la comunidad religiosa.
Desde la pequeña cala al este, Isabel la Católica hizo construir una escalinata hasta lo más alto de la isla, 256 escalones hasta el convento, en piedra de sillería y donde hoy en día aún hay vestigios de su existencia, algunos desmoronados por la vertical pendiente.
Izaro fue saqueada por corsarios y piratas en muchas ocasiones, muy habituales en aquella época en el mar Cantábrico. Después de 300 años en la isla, la comunidad religiosa se trasladó un 17 de agosto de 1719 a la anteiglesia de Forua. Tras varias disputas entre Bermeo, Mundaka y Elantxobe, la propiedad de la isla se dirimió en una regata en la que los de Elantxobe que en un tiempo participaron de la disputa, quedaron al margen y ejercieron de árbitro entre los de Bermeo y Mundaka. Los de Bermeo salieron victoriosos al amanecer y desde entonces la isla se halla bajo la jurisdicción de Bermeo, allá por el 1719.
Cada 22 de julio, se celebra el Día de la Magdalena. Del puerto de Bermeo a media mañana, salen los alcaldes de la margen izquierda hacia la isla, a bordo de un barco, acompañados en procesión marítima por una serie de embarcaciones. Una vez en la isla, y a los repetidos sones de la canción de María Magdalena, el alcalde de Bermeo legitima su jurisdicción tirando una teja al mar para simbolizar que las gotas de Bermeo llegan hasta aquí; tras ello, se iza una ikurriña en lo alto y se prosigue la procesión de embarcaciones hasta Elantxobe, donde su alcalde espera en la bocana del puerto para ofrecer su makilla al alcalde de Bermeo, quien será alcalde por un día de ambas localidades en las dos orillas de la cuenca de Urdaibai hasta su vuelta vespertina.
Comprendida en el área natural de Urdaibai, Ízaro está situada en la costa de la provincia de Bizkaia, frente a las poblaciones de Bermeo (a 3 km) y Mundaka (a 2,2 Km), ocupando el centro de la desembocadura de la ría de Mundaka, y flanqueada por los cabos de Ogoño y Machichaco. De forma triangular y alargada, la isla está orientada en dirección NO-SE. Tiene una longitud de 675 m y su parte más alta mide unos 150 m siendo su altura máxima 44,4 situada en la parte SE.
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Ízaro es para los habitantes de la zona un lugar envuelto en misterios, magnético, rodeado de tantas historias que difícilmente podemos saber si son ciertas o no. A los que sepan bucear les recomendamos acercarse a las rocas denominadas Otzarri que cuando baja la marea quedan al descubierto. Cuentan que en esta zona del mar hay una sima llamada Lexia, donde se dice que viven las lamias en un palacio submarino,… a veces se dejan ver y bucean contigo.
A nosotros nos llama especial atención la leyenda del amor apasionado entre una joven de Bermeo y un apasionado fraile del convento allá por el siglo XV. El joven monje cada noche nadaba para alcanzar la costa, mientras ella le señalaba el lugar con una vela en su ventana. Un familiar de la chica molesto con el romance y conocedor de las tretas de los amantes colocó la vela en un lugar escarpado y alejado e hizo que el enamorado fraile nadara hacia el lugar equivocado y se ahogara en un golpe de mar contra las rocas. Su amada como en todas las leyendas de jóvenes enamorados, quiso compartir su destino y se arrojó desde un acantilado para que sus cuerpos fueran devorados finalmente por las gaviotas.
Leyendas aparte, Izaro siempre la verás mágica e imponente desde Mundaka, desde Bermeo, o desde Elantxobe. No te pierdas el paseo desde la playa de Laga a la de Laida, te acompañará todo el camino.